La navegación siempre estuvo ligada a la piratería y las costas onubenses tambien se vieron acosadas por corsarios y piratas durante siglos.
Los 120 kms de litoral que tiene Huelva cuentan con una gran historia de ataques y saqueos piratas, sobre todo tras el Descubrimiento de América, atraidos por los barcos cargados de oro y plata.
Durante los SXVI Y SXVII los berberiscos tomaban esta zona como destino habitual, utilizando para alcanzar nuestras costas el Estrecho de Gibraltar.

El primer episodio importante en Huelva capital se produjo en 1547, suceso que junto a continuadas amenazas motivó a la Corona, bajo el reinado de Felipe II, a construir en 1577 quince Torres Almenaras para la defensa de nuestras costas, de las cuales quedan solo once en pie, o sus restos. Torre La Higuera en Matalascañas es una de ellas, aunque solo se conserva sus cimientos de forma invertida.
Cabe citar tambien, que los marineros onubenses, portugueses y gaditanos practiban la pirateria, incluso a veces contra los barcos de sus pueblos vecinos. No en vano, los palermos, que gozaban de fama de buenos navegantes, tambien realizaban estas prácticas piratas, al igual que barcos de pueblos como Moguer, Cartaya, Lepe y otras localidades. Todo esto fue disminuyendo con el tiempo, dedicándose éstos a intercambios comerciales.
Un pirata muy temido en esta zona fue Barbarroja. Los corsarios esperaban pacientes el regreso de las expediciones a puerto, sobre todo de los barcos que venían de África, que traian cargamentos muy preciados y los esperaban en puertos como el de Tanger para apresarlos.
Pero sobre todo, los piratas berberiscos y los corsarios turcos eran los que acosaban la costa onubense con más frecuencia. Un ejemplo fue el ataque al barco sardinero de Martin Alonso Pinzón cerca de Ayamonte.


Destacados marinos afincados en Gibraleón y Huelva, que defendieron nuestras costas de estos ataques fueron la saga de «los Garrocho».
Uno de ellos, Juan de Vega Garrocho, tras ser capturado en Arenas Gordas (entre Mazagón y Matalascañas) por el pirata Papasali en 1581 y permanecer preso durante cuatro años, continuó con la lucha contra la pirateria con sus tres barcos luengos, apresando al mencionado pirata y a su tripulación de 116 turcos. Después lo hizo con un barco bergantín con 68 seguidores de la doctrina de Mahoma.
En 1608, persiguió desde Huelva a una nave turca, dándole alcance cerca del Estrecho de Gibraltar.
También otro de la misma saga de marineros, Jose de Vega Garrocho con 200 hombres y su famosa Galeota de Huelva, derrotaron en Cabo Sta. María a la fragata turca de Arrand Mohamed con 139 marineros. Posteriormente, en la misma Barra de Huelva derrotó al moro Solimán Negro, que obstentaba fama por su crueldad y gran audacia.
OTRO PROBLEMA añadido era la captura y cautiverio de españoles por los musulmanes y viceversa, que tenían que ser liberados a cambio de dinero por sus familiares, o bien por mercaderes a comisión en los rescates, ya que desde la Corona no se intervenía al respecto haciendo la vista gorda en la mayoría de los casos. Luego se crearon instituciones, sobre todo desde la iglesia, para ayudar a liberar a los presos. Un ejemplo fue la creación de la Merced de Huelva o la de Ayamonte, y tambien una agrupación de franciscanos de la capital que intermediaban en los rescates.
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