Tejada la Vieja es un yacimiento arqueológico situado sobre un cerro amesetado en el término municipal de Escacena del Campo (Huelva).Sobre el cerro se construyó un poblado fortificado en el siglo VIII a. C. De la muralla se distingue su perímetro donde son visibles paños de 4 metros de altura.
El asentamiento surgió debido a la importancia minera de las cercanas sierras de Tejada y Aznarcóllar, dado que la economía de sus habitantes estaba basada en la manufactura de metales para el comercio. La decadencia de estas actividades en el Suroeste de la Península Ibérica hizo que se fuera abandonado paulatinamente a partir del siglo IV a. C..
En principio, el hábitat se erige en el interior de la muralla, que se adapta a la orografía del terreno, protegiendo una superficie de 6,5 ha.. Se levantan viviendas, almacenes y talleres metalúrgicos. Aunque desde el siglo VIII a. C. es habitada, los restos visibles pertenecen al pueblo de los Turdetanos. Las calles están perfectamente alineadas y delimitadas, siendo más caótica la distribución habitacional.
¿Sabías que? El estudio de Tejada la Vieja proporcionó una de las primeras y más importantes muestras de urbanismo tartésico-turdetano jamás registradas.
La mayor parte de los restos de este tiempo estudiados hasta hoy corresponden a edificios singulares (templos, santuarios, complejos palaciego-rituales…) o muestras muy parciales de antiguas ciudades. El hecho de que Tejada la Vieja fuese abandonada sin signos aparentes de destrucción en torno al siglo IV a. n. e. ha permitido conocer en extensión sus calles, plazas y manzanas tal y como eran en el momento de su abandono.
Ciudades probablemente más importantes y opulentas del mismo período siguieron siendo ocupadas hasta épocas muy posteriores o hasta la actualidad, de modo que su estudio arqueológico es mucho más difícil porque su pervivencia supone la alteración o destrucción de gran parte de sus estructuras edilicias. Eso es lo que hace a Tejada importante, que está intacta, que es una ventana abierta a un urbanismo protohistórico apenas alterado.

Su situación cercana al yacimiento de Peñalosa, dentro del ámbito tartésico, donde la economía estaba basada en la explotación agropecuaria, hace suponer que tuvieran comercio con los Fenicios. Con ellos llegaron nuevos conocimientos y técnicas que aculturizarón a la población indígena de la Baja Andalucía, el Valle del Guadalquivir, algo que todos conocemos como Tartessos. Por lo tanto, «lo tartésico» juega un papel fundamental en Tejada la Vieja debido a su pronto abandono, con muy escasas alteraciones posteriores en su gran patrimonio arqueológico.
El elemento más representativo es su muralla, datada en el siglo VIII a. C., con gran paralelismo con otras construidas en el Mediterráneo oriental por los Fenicios. Además de los 4 m de altura de los lienzos, sobre éstos iba una estructura de adobe, coronándola. Todo el conjunto estaría pintado de blanco con cal y agua. Donde la defensa tenía menos robustez, se añadieron contrafuertes cuadrados y redondeados, siendo algunos de la misma época de construcción de la muralla y otros de las reformas posteriores.
El yacimiento es visitable.