El puerto de Onoba Aestuaria, topografía e infraestructuras

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Conferencia: El puerto de Onoba Aestuaria, topografía e infraestructuras impartida por el profesor titular de la Universidad de Huelva Dr. Javier Bermejo Meléndez en el marco del plan de difusión del Plan General de Investigación de la Zona Arqueológica de Huelva.

EL PUERTO MARÍTIMO DE HUELVA EN LA ANTIGÜEDAD.

El asentamiento urbano de Onoba se remonta al tránsito del II al I milenio a.C. y está marcado, en gran medida, por la existencia de una amplia ría. Este entorno ofrecía unas óptimas condiciones para el desarrollo de un
puerto que actuó como motor dinamizador del propio asentamiento.

Así, el área portuaria onubense será clave para entender los contactos comerciales entre el Atlántico y Mediterráneo. Este entorno geográfico condicionó la configuración del asentamiento humano desde sus orígenes. Antes de su ocupación, la erosión diferencial habría generado cabezos como los de San Pedro o La Joya.

Estos quedaron aislados unos de otros, separados por valles que, en algunos casos, contaron con laderas que actuaban como auténticos colectores de las arroyadas. En estos momentos, la línea mareal tendría entrantes y
salientes muy pronunciados. Los senos coincidirían con depresiones muy inestables al estar influenciados por el avance de las aguas en
las pleamares.

Entre los siglos X-VIII a.C. este puerto debió ser un lugar de intercambio de ideas y experiencias, de rutas y navegación en donde se atesoró el conocimiento de una sociedad cosmopolita, portuaria, abierta y dinámica.
Dentro de este tráfico comercial destacó la exportación del mineral extraído en los cotos
del cinturón ibérico de piritas. Tal riqueza mineral atrajo el interés de grupos del Mediterráneo central(chipriotas-micénicos, fenicios y griegos). Las necrópolis orientalizantes de la Joya constituyen pruebas arqueológicas firmes de la importante posición que ocupó este puerto durante el Bronce Final atlántico en su transición a la I Edad del Hierro.

Durante la segunda mitad del I milenio a.C. se exportarán otros recursos con éxito como las
salsas de pescado elaboradas en factorías costeras. Este momento coindice con un período de crisis minero-metalúrgica que supone una etapa mucho más austera en la que se asiste a la conformación del mundo turdetano. Así, a partir de estas fechas, la economía de Huelva y su puerto está basada, principalmente, en la explotación de los recursos agropecuarios de su entorno y en
la pesca y sus derivados.

En época romana la actividad edilicia desarrollada permite un nuevo auge de la zona
portuaria, recobrando el rol de importante nodo en las rutas comerciales del arco atlántico del suroeste peninsular. De esta forma, el puerto y todas las infraestructuras productivas, de servicio y control administrativo que le son propias, se ubicaron al sur, en la zona baja de la ciudad. El análisis de este amplio espacio lleva a plantear dos áreas claramente diferenciadas: una zona de factorías relacionadas con la extracción y transformación de los productos pesqueros y otra orientada a la administración, gestión y control del puerto.

En la primera zona existió una importante industria orientada a la captura y transformación de los recursos marinos ubicada a los pies del cabezo de la Esperanza (sector A-1 Casco Antiguo de la Zona Arqueológica de Huelva). Se han podido excavar e investigar hasta un total de cuatro ambientes industriales con diversos saladeros y estructuras relacionadas con actividades pesqueras o conserveras.

El más importante complejo industrial estuvo compuesto por seis unidades de piletas. En el área más al interior de la ensenada marítima se encuentran los restos de una construcción con un potente basamento. Considerando las características de la cimentación y el diseño en planta se intuye un importante desarrollo vertical, por lo que el puerto contaría con una torre o faro (lanterna). La segunda fase de este espacio viene representada por la construcción de todo un conjunto de edificaciones (inicios del siglo II
d.C.). Destaca un importante edificio abierto a la calle del propio puerto interpretado como un lugar de almacenamiento (horreum).
La segunda zona portuaria se localizaba al sur de la ensenada, incluyendo el propio espigón y sus inmediaciones. La construcción capital de este sector (finales s. I d.C.) es una obra
realizada en opus quadratum. Su ubicación en el corazón del puerto y su potencia constructiva auguran dos hipótesis: un ambiente de almacenaje articulado en torno a un patio central o bien un espacio de custodia de metal acuñable dentro de la statio portorii.

También se han documentado en este mismo sector otro tipo de edilicias relacionadas con ambientes privados: talleres artesanales y locales comerciales.

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