La arqueóloga Clara Toscano nos muestra las calles donde los tartesios paseaban en Tejada la Vieja, Huelva

Lo más importante que Tejada la Vieja aporta al conocimiento de la civilización tartesia es «el modo de vida urbana de la primera civilización de la Península con una escritura propia», afirma la arqueóloga

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El yacimiento arqueológico de Tejada la Vieja, en la localidad onubense de Escacena, limítrofe con la provincia de Sevilla, es el de la única ciudad tartesia que, con once hectáreas de extensión y un recinto amurallado que alcanzó los 1.650 metros, permite caminar por las mismas calles que lo hicieron sus 3.000 habitantes en el siglo V antes de Cristo.

La arqueóloga Clara Toscano, que dirige las excavaciones en la antigua ciudad tartesia, que se retomarán este verano con el objetivo de hallar el punto de conexión de la llegada de los fenicios con la población indígena -cuya mezcla y larga convivencia de siglos origina la civilización de Tartesos-, ha asegurado que la conservación de las calles de la ciudad con su trazado de más de 2.500 años es posible porque la ciudad fue abandonada por sus vecinos.

La marcha de sus gentes, que se establecieron de nuevo a solo cuatro kilómetros de distancia -en Tejada la Nueva, en un terreno que luego fue ocupado por romanos y árabes y en el que hoy permanecen activos unos cortijos- no se debió a ningún hecho traumático o violento, con lo que dejaron las estructuras urbanas tal y como estaban.

«Es como cuando ahora un pueblo hace travesía con una carretera nacional y ésta deja de utilizarse por la entrada en funcionamiento de una autovía que pasa a solo unos pocos kilómetros de distancia, que su actividad decae y puede provocar su desaparición», ha puesto como ejemplo Clara Toscano, quien lleva diez años trabajando en un yacimiento salvaguardado gracias a la compra de terrenos que hizo la Diputación de Huelva en los años ochenta.

Fuente: el debate.com